viernes, diciembre 29, 2006

 
Donde pongo la singularidad pongo la bala.

Y un precondicionador para atraerlos a todos (esto es, los valores propios) y en una banda constante atarlos.

miércoles, diciembre 13, 2006

 
Este artículo apareció en el New York Times y me di el lujo de traducirlo porque lo hallé enfermo de interesante. El artículo original está acá.

Estudio detecta ejemplo reciente de evolución humana

Por NICHOLAS WADE
Publicado: 10 de diciembre de 2006

Entre los pueblos de África oriental se ha detectado un ejemplo sorprendentemente reciente de evolución humana. Un grupo de genetistas lo halló en la habilidad de digerir leche durante la adultez, habilidad otorgada por cambios genéticos ocurridos hace apenas 3.000 años atrás.


Enlace relacionado:

Convergent Adaptation of Human Lactase Persistence in Africa and Europe (Nature Genetics)
El hallazgo es un sobrecogedor ejemplo de cómo una práctica cultural — la crianza de ganado lechero — se abrió paso en el genoma humano. También aparece como una de las primeras manifestaciones de evolución humana convergente documentada a nivel genético. Evolución convergente significa que dos poblaciones adquieren una misma característica en forma independiente.

Durante la mayor parte de la historia humana la habilidad de digerir lactosa, el principal azúcar de la leche, terminaba después del destete porque ya no había necesidad de la encima lactasa, que es la que permite descomponer este azúcar. Pero cuando por primera vez se domesticó ganado bovino, 9.000 años atrás, y la gente después empezó a consumir, además de su carne, su leche, la selección natural favorecería a quienquiera tuviera una mutación que mantuviera al gen de la lactasa activo.

Se sabe que tal mutación apareción entre una antigua población ganadera, la Trichterbecherkultur, que floreció hace algo entre 5.000 y 6.000 años en Europa norcentral. Personas con un gen de lactasa persistentemente activo son llamadas tolerantes a la lactosa.

Casi todos los holandeses y el 99 por ciento de los suecos son tolerantes a la lactosa. Pero la mutación se hace gradualmente menos común entre europeos que viven a mayor distancia de la antigua región de la Trichterbecherkultur.

Los genetistas se preguntaban si la mutación de la tolerancia a la lactosa en europeos, identificada por primera vez en 2002, había aparecido entre pueblos pastoriles en algún otro lugar. Sin embargo ésta parecía estar mayormente ausente en África, a pesar de que pueblos pastoriles generalmente poseen algún grado de tolerancia.

Un equipo de investigación liderado por Sarah Tishkoff de la Maryland University ha resuelto ahora gran parte del acertijo. Después de hacer pruebas a la tolerancia a la lactosa y al acervo genético de 43 grupos étnicos en África oriental, ella y sus colegas han hallado tres nuevas mutaciones, todas independientes entre sí y de la mutación europea, que mantienen al gen de la lactasa permanentemente activo.

El grupo de la doctora Tishkoff reporta en la revista Nature Genetics, este lunes 11 de diciembre, que la mutación principal, hallada entre grupos hablantes de lenguas nilo-saharianas de Kenia y Tanzania, apareció entre 2.700 y 6.800 años atrás, según estimaciones genéticas. Esto cuadra con evidencia arqueológica que sugiere que pueblos pastoriles del norte alcanzaron Kenia septentrional hace alrededor de 4.500 años y la parte sur de Kenia y Tanzania hace 3.300 años.

Dos otras mutaciones fueron halladas, entre los Beja del Sudán nororiental y tribus de la misma familia idiomática, la afroasiática, en Kenia septentrional.

La evidencia gentética muestra que las mutaciones otorgaron una enorme ventaja competitiva a los afectados por ésta, permitiéndoles tener casi 10 veces la cantidad de descendientes que tenían personas sin ella. Las mutaciones crearon "una de las más fuertes señales de selección natural reportadas en humanos hasta ahora", escriben los investigadores.

La ventaja para sobrevivir era tan importante quizás porque aquellos con la mutación no sólo obtenían energía extra de la lactosa, sino también porque, en condiciones de sequía, ellos podrían haberse beneficiado del agua en la leche. Personas que son intolerantes a la lactosa podrían haberse arriesgado a perder agua debido a diarrea, dice la doctora Tishkoff.

Diane Gifford-Gonzalez, una arqueóloca de la University of California, Santa Cruz, dice que los nuevos hallazgos son "muy emocionantes" debido que "muestran la velocidad con la que una mutación genética puede ser favorecida bajo condiciones de fuerte selección natural, demostrando la tasa a la cual los seres humanos pueden cambiar evolutivamente."

Los datos genéticos se comparan bien, dice ella, con evidencia arqueológica y lingüística acerca de la expansión del pastoralismo en África. La primera evidencia clara de ganado bovino en África es de un sitio de 8.000 años de antigüedad en el Sudán noroccidental. El ganado bovino fue domesticado allí en forma independiente de otras dos domesticaciones, una en el medio oriente y otra en el valle del Indo de la India.

Probablemente los hablantes de dialectos nilo-saharianos en Sudán y sus vecinos hablantes de dialectos cusíticos en las colinas del mar rojo domesticaron ganado bovino al mismo tiempo, ya que cada grupo posee un vocabulario independiente para elementos de ganadería, dice el doctor Christopher Ehret, un experto en lenguas e historia de África de la University of California, Los Angeles. Los descendientes de ambos grupos emigraron hacia el sur y pueden haberse reencontrado en Kenia, dice el doctor Ehret.

La doctora Tishkoff detectó tolerancia a la lactosa tanto entre los hablantes de dialectos cusíticos como entre los hablantes de dialectos nilo-saharianos en Kenia. Las lenguas cusíticas son una rama de la familia de lenguas afroasiáticas, que incluye el árabe, el hebreo y el egipcio antiguo.

El doctor Jonathan Pritchard, un genetista estadístico de la University of Chicago y co-autor del nuevo artículo, dice que hay varias señales de selección natural en el genoma humano, pero que suele ser difífil saber qué rasgo estaba provocando la selección. En esta caso la doctora Tishkoff claramente identificó la qué fue lo que condujo a esta selección, dice.

Las mutaciones que detectó la doctora Tishkoff no son del gen de la lactasa en sí, sino de una región vecina del ADN que controla la activación del gen. El hallazgo de que diferentes grupos étnicos de África oriental tienen diferentes mutaciones en una manifestación de su variada historia evolutiva y su exposición a diferentes presiones selectivas, dice la doctora Tishkoff.

"Hay mucha variación genética entre los pueblos de África, que reflejan los distintos ambientes en que viven, desde desiertos a zonas tropicales, y su exposición a distintas fuerzas selectivas," dice ella.

Las poblaciones en distintas regiones del mundo han evolucionado independientemente desde su dispersión desde la población humana ancestral en el noreste de África hace 50.000 años, un proceso que llevó a la aparición de múltiples razas. Pero mucha de esta diferenciación a nivel del ADN puede haber llevado al mismo resultado físico.

Como la doctora Tishkoff halló en el caso de la tolerancia a la lactosa, la evolución puede usar las diferentes mutaciones que tiene disponible en cada población para obtener el mismo objetivo cuando cada población está sometida a la misma presión selectiva. "Creo que es razonable asumir que esto será un paradigma más general," dice el doctor Pritchard.

domingo, diciembre 03, 2006

 

Ahora también hago patrones para ropa de cama. Invaluable para el insomne, quien puede amenazar su vigilia refinando la malla según el indicador a posteriori aquí plasmado.
Vi en MTV unos monos argentinos el que me gustaron mucho, Alejo y Valentina. Son muy buenos, ¿viste?

Y también me he puesto un poco a escuchar una radio por internet llamada Nova.

Es que aprendí a configurar el sonido en un Pentium III con Linux Debian que tengo.

Y ya tengo que entregar la tesis. Sólo una y estoy así.

Pensar que Lutero, cuando no había LAPACK, tiró noventa y cinco.

El ejemplar de El Mercurio que compramos hoy venía sin la sección de reportajes. Me siento desnudo. ¿Cómo podré discutir los grandes asuntos humanos y angélicos sin haber leído a Carlos Peña esta semana?

This page is powered by Blogger. Isn't yours?