viernes, octubre 27, 2006

 
Al fin. Gracias a Dios, con la ayuda de mi profesor de Matemática discreta y Flujo en Redes (Julio Aracena) conseguí resolver el problema combinatorio que, confirmado ahora, impedía que mis programas anduvieran como debían.

A seguir.


El antes y el después.

martes, octubre 17, 2006

 
Una vez, en clase de Optimización No-lineal1, el profesor (que ahora trabaja en otro lado) Walter Gómez, al absolvernos de unos cálculos latosos argumentaba que si bien "en los primeros años la letra con sangre entra"2 después ya no era necesario darnos tan como tarro en cosas factibles, pero aburridas y que iluminan poco.

Sin embargo, ahora, al final de este programa de pregrado, pareciera que regreso a ser un estudiante de primero.

Trabajo un montón, esencialmente solo, y en un laboratorio3 del cual no salgo cada tarde: Emerjo. Como cuando mechón4 los rendimientos del trabajo son mezquinos comparados con los galopes durante la medianía del programa.

Es una simetría Job5 (Job 1:21).

Si no se sufre no es tesis6. Los gráficos a la derecha (se agrandan si se pulsa el ratón encima de ellos) ilustran mi exasperante situación.

1. Ese ramo representó un salto hacia arriba (entre otros) en dificultad de los ramos que solía tomar en aquella época. A pesar de usar para éste un cuaderno lineal, me fue bien, y ahí fue donde conocí a muchos de mis compañeros que venían de generaciones anteriores. Fue en el segundo semestre de tercero.
2. Más bien algo del estilo "eh loj priméo años la leta co sahgre étra".
3. En primero era en la biblioteca central. No existía en aquel entonces la bonita sala de estudio que hay ahora en mi facultad y tampoco la llamada sala ratona que por un tiempo nos acogió.
4. Esto es estudiante de primero, freshman.
5. O condición de contorno Dirichlet nula.
6. Esto no resiste análisis. Pero suena bien.

martes, octubre 03, 2006

 
No siempre tiene uno la oportunidad de estar con los protagonistas, los moldeadores, los arquitectos de nuestra época, aquellos que serán recordados cuando del resto sólo quedemos cenizas.


1. El hombre, Cristian Andaur, en su casa. 2. La calificación otorgada por La Tercera al cometido del hombre en el partido Melipilla - La Calera. A juicio del hombre, esa cifra es mezquina. 3. Claudita, quien me acompañó a la casa del hombre.

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