Caballero de fina estampa

Esto es inclasificable por lo que lo tiraré así, sin más:

Una revista alemana llamada Titanic hizo un escandalillo hace poco porque de broma enviaba faxes a los que tenían que decidir la sede del mundial del 2006. Los faxes ofrecían pequeños sobornos y parece que rebalsaron la paciencia de algunos.

Eso les mereció un artículo en Der Spiegel¹ y en éste cuentan que -y esto me ha matado de la risa desde que lo leí- poco después de la caída del Muro de Berlín la revista mostraba a un reconocible adolescente de Alemania del Este feliz con un pepino pelado en la mano diciendo: "¡Mi primer plátano!"².

Ahora, ¿qué tiene que ver esa imagen al lado izquierdo con esta historia? Nada. Sólo que el programita con que lo hice anda a las patadas. Aunque yo creo que la culpa la tiene el estimador a posteriori porque sólo se preocupa de controlar los esfuerzos y no el desplazamiento, que es el que muestro.


1. Aquí está ese artículo en particular.

2. ¿La explicación? Bueno, los alemanes del este tenían muy poco acceso a plátanos y otras frutas importadas. Por eso, cuando botaron el muro muchos berlineses occidentales bienintencionados empezaron a tirar plátanos a los berlineses orientales y parece que se les pasó el tejo porque más de alguno se ofendió. Eso me lo contó mi padre que sabe bastante de los alemanes de la época (¡Sí, siéntanse viejos, fue hace quince años!). Pero me cuesta hallar documentación que respalde el sentimiento de ofensa. Sí hallé documentación que respalda la bienintencionada repartija de plátanos, por ejemplo, en este foro, en algo que escribió un tal Craig Johnston.