lunes, marzo 27, 2006

1. Me quedan 92 horas para un último tango en Londres.
2. Me faltan solamente Talca y París para completar la colección.
3. Hay unas pocas variables primales y el resto somos meros multiplicadores de Lagrange1.
1. Tarea para mis imitadores. Tomen el cuento Las Ruinas Circulares de Borges y modifíquenlo para que ahora en vez de soñados sean multiplicadores de Lagrange: Con alivio, con humillación, con terror, comprendió que él también era un multiplicador de Lagrange, que otro estaba controlando una condición lateral con él.
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Definitivamente es: "Talca, París y Londres". Es una historia bien documentada, relacionada a una tienda que habia en Talca "con sucursales en París y Londres". No me acuerdo de cuál tienda era, pero debe ser fácil encontrar la información.
Si hubiesen estado, como yo, expuestos a la fracófoba prensa inglesa por tres meses, también habrían pensado automáticamente: "La sucursal de París va a tener que cerrar luego".
Zanjado: Oscar Pinochet de la Barra liga esa frase a una sombrerería en Talca, tal como dijo el anónimo.
Eso está en
http://universum.utalca.cl/contenido/index-02/pinochet.pdf
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